Ta muse aujourd'hui

Me llamas, me reclamas, me pides ser tu musa hoy,
mas no ayer, nunca mañana.
Dònde te metes que se empaña enlutada la mirada.
En un viaje vulgar, violenta caja negra minada.
A quièn convidas afanoso tu sediento sudario,
pregunto a tus miedos, a tus manos,
lejos del arrobamiento de mis brazos.

Què haces para que enmudezcan los pàjaros de tarde,
para matar la mano, para tapiar los caños del escape.
Què necedad te acobarda las arterias, te dibuja las ojeras,
y el silencio te atrinchera y te amordaza
cuando ni yo misma entorpezco la esperanza.
Què te lleva, alma de nàufrago, a cerrar los poros,
a fugar la lengua demorada, a desordenarte en mil ovillos
y hacerte presa fàcil del desvelo deslucido.
Aquiètate en el lòbrego favor de mis carnes entreabiertas,
en esta densa tumba de ardentìa, en esta piel que cicatriza.
Yo no temo querer, yo no sucumbo.
Mis ojos se desperezan.

No tengo nada.
Mi corazòn te doy, corazòn tierno,
que tu lamento quepa en esta mano.