Despedazamiento de la fascinación

"Como es domingo, como nadie llora,

yo echaré mis claveles en la hora

sin acordarme de que tú eres: lejos."

-Carilda Oliver Labra-

Lágrimas ancladas en las cuencas de los ojos.
No menoscaba su tristeza, esta persistente lluvia se empeña en su recuerdo.
Mira el techo, algo balbucea.
No consigue pronunciar su nombre,
sólo ella sabe el color de sus letras,
sólo ella comprende que sabe a amargura,
a desdibujado anagrama y los tintes que lo nombran..

Sabes que recoge una caracola
y ellas pueden nombrarlo?

Entonces surge y es revelada una belleza inextricable.
Sonríe con los ojos perdidos en el mar,
camuflados en las nubes.
Se sustrae de ese encanto de la ausencia,
se mece en las olas y sonríe, tejiendo un sudario.

Sabías que hay recuerdos insobornables?

Sabías que hay palabras que no se ‘dicen’?

Sabías que ella habla de ti desordenada?

Sabías que hay muerte en cada espera?

Yo la observo...
Y digo: qué tonta es!

Riamos todos -con la inflexión exacta-
de esa ingenuidad que 'no' la caracteriza.
Riamos de esos ojos perdidos
en esa lejanía tan lejana, tan remotamente lejana,

sin puentes, sin anclas.
Si. Yo me río, carajo! que al fin y al cabo
ella nunca ha sabido vivir de esperanzas,
sino sólo escribir de ellas.
Inventando-se-lo.

.

Ríanse que ella es dueña de todos los adioses.

"¡Ríanse,agujas que en mi carne se desmandan;

ríanse,

arañas que me tejen la mortaja;

ríanse,

que a mí, también, carajo, me da gracia!"*

*Carilda Oliver Labra