«Tus ojos que antaño nunca se cansaron de los míos,
se inclinan hoy con pesar bajo tus párpados oscilantes
porque nuestro amor declina».
Y responde ella:
«Aunque nuestro amor se desvanezca,
permanezcamos junto al borde solitario de este lago,
juntos en este momento especial
en el que la pasión, pobre criatura cansada, cae dormida.
¡Qué lejanas parecen las estrellas,
y qué lejano nuestro primer beso,
y qué viejo parece mi corazón!».
Pensativos caminan por entre marchitas hojas,
mientras él, lentamente, sosteniendo la mano de ella, replica:
«La Pasión ha consumido con frecuencia
nuestros errantes corazones».
Los bosques les rodeaban, y las hojas ya amarillas
caían en la penumbra como desvaídos meteoros,
entonces un animalillo viejo y cojo renqueó camino abajo.
Sobre él, cae el otoño; y ahora ambos se detienen
a la orilla del solitario lago una vez más.
Volviéndose, vio que ella había arrojado unas hojas muertas,
húmedas como sus ojos y en silencio recogidas
sobre su pecho y su pelo.
«No te lamentes», dijo él, «que estamos cansados
Porque otros amores nos esperan,
odiemos y amemos a través del tiempo imperturbable,
ante nosotros yace la eternidad,
nuestras almas son amor y un continuo adiós».
William Butler Yeats
pirmadienis, gegužės 03, 2010
Tus ojos que antaño nunca se cansaron de los míos...
Publicado por
UMA
en
9:45 priešpiet
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Mi Señora A.,
AtsakytiPanaikintiDeclinan los párpados con el paso del tiempo y decae el amor a fuerza de los roces cotidianos que erosionan la roca para crear dunas infieles a su lugar de origen, dejando pechos huecos, mañana irreconocibles, pasado olvidados.
¿Pero el amor por la Atlántida? ¿podría acaso declinar un sabor no probado? ¿lo invisible al olvido?
Quizás decaería la esperanza de encontrarla o la ilusión de llamar a sus puertas o el tiempo de cruzarla, o sin duda, la mortal vida de mil generaciones en veinte mil años o leguas, sin hallar más que la nada, por desconocer el lugar exacto que la alberga.
¿Pero la Atlántida misma? No, ella sigue incólume, altiva, reluciente, dueña del imperio sumergido, de los sueños que la engendran, de los mapas que la sitúan sin más frontera que el tridimensional océano, en una otrora plana tierra de planos hombres con bidimensionales vidas.
Esa amada Atlántida solo conocida por atlantes y poetas, nunca fue óxido, ni lecho de corales, ni lodo, ni pecio hundido contenedora de huesos humanos.
Yo la se ahí y puedo decirlo sin pudor de hacerlo.
Esa Atlántida, es brillante y caliente, magma ígneo de un amor que existe y que está escrito.
Suyo y besos, mi A y Amada Atlántida, Z+-----
Un poema precioso.
AtsakytiPanaikintiBesos.
uno tras otro los amores siempre nos esperan...o a lo emjor no...quizás ese sea el juego...besos.
AtsakytiPanaikintiBella lectura llena de nostalgia y recuerdos del amor cuando el amor se marchita....siempre hay otro amor esperando a la vuelta de la esquina...
AtsakytiPanaikintiUN abrazo Umma.
Yeats habla muchas veces con las propias palabras que no se nos ocurren.
AtsakytiPanaikintiSuena triste el declinar del amor.
El mejor consuelo es permanecer juntos en el recuerdo.
Besos.
Será que tristes caen las hojas de mi otoño
AtsakytiPanaikintiSeñor Z, y que la desnudez de esas parejas
me dejan aislada impunemente en mi propia solitariedad
otrora frondosa y alejada de los 'solos'.
Será que el frio ya se siente en esta blonda
y -cada vez más- débil osamenta; y hace estragos la patria
sin otras huellas que las mías borradas de un plumazo por unas breves gotas.
Será que esta Atlántida mía
me ha dejado sola, en su copiosa compañía.
-Estaré siendo injusta con mi Atlántida, lo sé, este solazo hoy sólo me reclama-
Y para quien escribe, tal vez, haría falta
un poco de fuego máximo para calmar
la frágil estructura de los huesos.
Y tal vez,
ya se han llevado mis calandrias
los nidos a otros huecos,
y los zorzales se rían de mi ruina al ver esos ruines caranchos.
Tal vez, sólo tal vez,
aunque mi Atlántida es
y será, más allá de los secos labios y las lánguidas languideces mi huidiza presencia y mi refugio.
Me lo ordeno.
Y lo afirmo.
Y Usted como Yeats -y yo- tenían razón:
"Y construiré allí una pequeña cabaña, hecha de arcilla y zarzas:
Nueve surcos de judías tendré allí, y un enjambre de abejas,
y solitario viviré en el claro rumoroso.
Y algo de paz allí encontraré, pues la paz gotea lentamente,
gotea desde los velos de la mañana hacia donde el grillo canta;
allí la medianoche es toda un tenue brillo, y el mediodía un fulgor púrpura,
y lleno está el atardecer de las alas del pardillo.
Me levantaré y partiré ahora; pues siempre, día y noche,
escucho, junto a la orilla, el suave chapotear del agua del lago(mar),
y mientras permanezco sobre la calzada, o sobre la gris (tediosa-lejana)acera,
lo escucho en lo más profundo de mi corazón.
Gracias por este diálogo conmigo misma.
Abrigándole los párpados, suya.
Uma.
Rafa:
AtsakytiPanaikintiPrecioso, siempre q te leo no atino a mucho, ya sabés, me llevás hasta el fondo tironeada y a veces no estoy preparada.
Gracias siempre por estar.
Besos
Fer:
AtsakytiPanaikintiNo me queda duda, además todos los amores habitan en el sólo AMOR
Un beso
Moderato:
AtsakytiPanaikintiHay pensamientos q a veces no conforman, no llenan, el otoño tiñe de ocres hasta los ojos.
Un abrazo
Ybris:
AtsakytiPanaikintiEl recuerdo es un continuo estar, un habitáculo permanente, hoy día lo siento así.
Pero sabes qué? hoy ha salido el sol, y aún soy capaz de ver reverdecer esa enredadera, perenne, fuerte ante la "desgracia".
Te quiero mucho, Amigo.
Va mi abrazo.
Ciegan las palabras los sonidos:
AtsakytiPanaikintison absurdos ecos del paisaje
y tirabuzón de rectas y mesetas.
Las palabras son meros hechizos de impotencia,
sucedáneos de la piel y del follaje.
Un beso, Uma.
¡Qué extraño el ser Uma-no!,
AtsakytiPanaikintimi Amada Atlántida.
Pues renunciaron tantos, im-potentes
a follajes malos y buenos follajes
por solo helicoidales letras,
semiótica prostética de latentes sueños
y
buenas palabras
palabras hermosas
divinas palabras
cálidas palabras, acogedoras y amorosas.
Sí, absurdas y en-cantadas en versos
porque el hechizo es eso
mágicas palabras, beRso s ecos desos.
¡Qué extraña esa piel que otoña!
que se refugia en, hojas, sola
para leerlas, SoloS
en lugar de abastecerse
de originales pieles de raposas
o pellejos de gallinas desplumadas sin cabeza
o de cueros de sosos papás osos a-maestrados
o estiradas epidermis amistosas en bótox
comparadas, compradas, infladas, momificadas.
Peneentrantes pieles que se estiran
fuera y dentro
solo eso son
sin Atlántida
sin atlantes
sin poetas,
sin palabras
poco más que nada
escamas de piel muerta
pero eso sí,
original polvo.
Suyo, Z+-----
Debería ser mágico poder reconocer que el pasado caduco se aleja, que ya no nos conforma....(a veces se reclama el olvido a voz en grito y nunca llega) y sinembargo que dolor, que tacto incendiario nos deja el ver alejarse a la pasión, como duele sus últimos estertores.
AtsakytiPanaikintiConformarnos con lo sucedido? deberíamos, pero sé que no podrás UMA, que aquelllo que te ha pertenecido nunca dejará de ser tuyo/suyo/del ambos. Aunque tambien sé que después cada uno lo re-vivira "a su manera".
Que este otoño tuyo te entregue además de hojas secas el verdor de un nuevo tiempo que acunen tus manos.
Preciosas palabras las tuyas, pero he tenido que digerirlas unos días antes de comentarlas.
Mis besos que nunca se han cansado de los tuyos.
Olimpia.
Entre poema y pequeño relato, pero que igual deja ver un sesgo de nostalgia ¿Porque esperar que el amor se muera para esperar otros amores? Me detendría en uno solo. Un gran y único amor, que sea dueño de todos mis poemas. Saludos!
AtsakytiPanaikintiTinklaraščio administratorius pašalino šį komentarą.
AtsakytiPanaikintiOlimpia:
AtsakytiPanaikintiBorre tu comentario porque sé que aunque queda en archivo, hay quienes pueden acceder al mismo y esto queda atesorado entre nosotras en nuestra intimidad, en mi correo.
Más tarde te escribiré, te comprendo, te acompaño y te aseguro que me dás una muestra de confianza que a mi misma me conmueve.
GRACIAS POR SER, OLIMPIA, GRACIAS POR NUESTRO TIEMPO JUNTAS.
UN GRAN ABRAZO